Profesionales de rehabilitación son capacitados por Senda
Rehabilitar a una persona que es víctima del consumo de drogas y alcohol exige características especiales, tanto para quien toma la decisión de curarse, como de quienes lo acompañarán en el proceso de mejorar su calidad de vida.
La gran mayoría de los rehabilitados, al contar de sus procesos de cambio posterior al alta terapéutica, destacan la importancia de los profesionales que formaron parte de los procesos de cambio y recuerdan con aprecio y cariño a la primera persona que los atendió, demostrando que cada uno de los participantes en el proceso son determinantes en el éxito del tratamiento.
Lo anterior refuerza la importancia y el rol del recurso humano en los procesos de recuperación. Frente a esto es fundamental generar espacios de capacitación a los profesionales de los centros de tratamiento que permitan actualizar conocimientos y contar con herramientas técnico- clínicas que permitan mayor exactitud en el diagnóstico integral y una intervención adecuada a las necesidades de los jóvenes.
Consciente de esto, el área de Tratamiento de Senda Biobío coordinó la capacitación denominada “Comorbilidad Psiquiátrica en Adolescentes Infractores de Ley”, orientado a profesionales de los centros de tratamiento, gestores de calidad y servicios de salud principalmente. La comorbilidad es un término médico que se refiere a dos conceptos: a la presencia de uno o más trastornos (o enfermedades) además de la enfermedad o trastorno primario, y al efecto de estos trastornos o enfermedades adicionales.
Quien llevó a cabo el taller fue el medico psiquiatra Mariano Montenegro Corona, de amplia trayectoria y conocimientos sobre psiquiatría infanto – adolescente, Trastornos de la alimentación y trastornos adictivos.
En la capacitación se abordó el perfil del adolescente infractor de ley, epidemiología del consumo de las drogas, comorbilidad psiquiátrica, estructura jurídica de apoyo al tratamiento de los adolescentes infractores. También se realizó un análisis de la oferta programática y de los modelos de evaluación del riesgo de reincidencia, entre otras materias. Al final del taller, que tuvo una duración de dos días, se pudo compartir experiencias, lo que enriqueció aún más el espacio de capacitación.