Universidad Católica de Valparaíso recibe diagnóstico sobre consumo de drogas y alcohol
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) recibió, del Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) un diagnóstico sobre la percepción del uso de sustancias lícitas e ilícitas que le permitirá a la casa de estudios diseñar una política interna respecto de esta temática.
La investigación, realizada por el sociólogo Rodrigo Retamal, se inició en 2009 con un financiamiento de $3 millones por parte del ex CONACE con el objetivo de develar cuáles son las representaciones sociales que los estudiantes de la PUCV tienen frente a la ingesta de drogas y alcohol.
Sobre esta instancia, la coordinadora de SENDA en Valparaíso, María Ester Munnier, afirmó que «tenemos un trabajo más corporativo entre la Universidad Católica de Valparaíso y SENDA que tiene una característica especial en la Región; es decir, que somos los únicos que estamos trabajando con las universidades a nivel país y no sólo con la PUCV, sino con la Red de Prevención de Educación Superior, lo que está dando frutos y mostrando que los jóvenes son protagonistas de sus propios cambios».
Entre los resultados de este ejercicio destacan la identificación de diversos factores de riesgo como las dificultades de subsistencia económica, ausencia de la familia como red social primaria en estudiantes foráneos, quienes –además-resienten más los problemas en su núcleo familiar y, por último, un fácil acceso a alcohol y drogas en torno a las unidades académicas emplazadas en el plan del Gran Valparaíso.
Estos datos, entre otros, permitirán, a juicio del jefe de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Católica porteña, David Letelier, idear una política preventiva que se sostenga en el tiempo bajo las orientaciones de SENDA.
“Lo que estamos haciendo a partir de la invitación que nos hace SENDA es constituir un equipo preventivo que incorpore a todos los integrantes de la comunidad universitaria y a todos los actores que la atienden para poder elaborar una política única frente al consumo de drogas y alcohol al interior de la universidad”, afirmó Letelier.
De este estudio participaron 135 personas, 93 de ellas corresponden a estudiantes, 17 a docentes, 20 a funcionarios y cinco a autoridades, las cuales fueron sometidas a entrevistas y a grupos focales para obtener su percepción sobre la problemática.