El Dr. Mariano Montenegro Corona se reunió esta mañana con más de 400 personas ligadas al mundo educativo de la región para dictar una charla sobre sobre parentalidad positiva dirigida a la prevención del consumo de drogas y alcohol.
En la actividad, la máxima autoridad nacional del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, SENDA, expuso sobre la importancia de mantener una comunicación de calidad con los hijos para evitar el consumo de alcohol a niños, niñas y adolescentes, evitando así el aumento de personas con consumo problemático de tabaco, alcohol y drogas.
El médico psiquiatra recalcó que la responsabilidad de evitar el consumo en los menores de edad recae en mayor parte en los adultos “Todavía existe una mitología en nuestro país de decir hay que enseñarle a los chiquillos a tomar de chico, para que cuando sean grandes tengan buena cabeza. Eso es absolutamente lo contrario, lo que dice la evidencia científica es que no hay que enseñarles a tomar de pequeños; si van a iniciarse en el alcohol en algún momento de la vida, que sea ojalá sobre los 21 años, porque ahí su cerebro está consolidado y existe mucho menos riesgo, y nunca menos de 18 años. Lo que estamos haciendo es entregar herramientas a los profesores, a los docentes, a los asistentes educacionales a los padres, para que sepan cómo dialogar y también tener límites y normas muy claras”.
Bayron Martínez, director regional del servicio, detalló el trabajo que se está efectuando en la región para desarrollar la Parentalidad positiva, “Hay una dupla psicosocial trabajando con escolares y además son 48 instituciones y empresas que estamos trabajando desde el punto de vista de la parentalidad positiva y de los espacios laborales. Esos son los programas que estamos trabajando en la región del Biobío”.
La parentalidad positiva se refiere al comportamiento de los padres (cuidadores) fundamentado en el interés superior del niño/a, que cuida, desarrollando sus capacidades, ofreciendo reconocimiento y orientación que incluye el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño/a.
