Entregan herramientas terapéuticas a profesionales de centros de tratamiento
Con una invitación a observar el consumo de alcohol y drogas como una conducta de un joven frente a una carencia no resuelta desde el ámbito familiar, se inició el taller «Intervención sistémico–relacional con adolescentes y sus familias en el consumo de drogas», organizado por CONACE Magallanes.
La jornada estuvo dirigida a psicólogos, asistentes sociales y monitores que intervienen en cinco centros de tratamiento existentes en la Región de Magallanes, donde CONACE aporta con financiamiento, orientaciones técnicas y capacitación.
En la actividad, también se consideró a otros profesionales de centros asociados a las temáticas de adolescencia, consumo de drogas e infracción a la ley.
La capacitación, realizada en dependencias de la Universidad Tecnológica de Chile-INACAP, fue dictada por el psicólogo Eduardo Nicholls, del Instituto Nacional de Terapia Familiar Sistémica, y permitió entregar herramientas terapéuticas a los profesionales que asisten principalmente a población infanto-adolescente.
En el encuentro, Nicholls fue consultado sobre cómo abordar el fenómeno regional de consumo de inhalables, donde Magallanes duplica la media nacional en población escolar y, según datos prevenientes de los centros de tratamiento, los padres demoran entre uno a tres años en percatarse que su hijo consumo alguna de estas sustancias.
Al respecto, el experto en Terapia Familiar Sistémica explicó que «si ayudamos a prevenir al interior de la familia, vamos a estar previniendo no sólo conductas de no consumo, sino que vamos a estar previniendo en general conductas de riesgo».
Es importante considerar enfoques terapéuticos que permitan trabajar con las familias, con el objetivo de que éstas sean parte del proceso de rehabilitación
«En el caso de chicos que ya presentan consumo, es posible detectarlo tempranamente al existir una mayor conexión emocional del vínculo entre los padres y los hijos logrando que los padres estén atentos si hay cambios en ese hijo, si hay cambios de los amigos, cambios en su conductas, que van a dar la alerta», agregó.
La coordinadora de CONACE en Magallanes, Jennifer Rojas, indicó que el tema abordado responde a una demanda de los profesionales que asisten principalmente a jóvenes y cuyas complejidades familiares hacen necesario intervenir a las familias en el proceso terapéutico.
«Si bien importa enseñar sobre drogas, también importa considerar enfoques terapéuticos que permitan trabajar con las familias, con el objetivo de que éstas sean parte del proceso de rehabilitación que enfrenta el joven», explicó.
La idea es disminuir las conductas de riesgo al interior del núcleo familiar y que ésta se convierta en un factor protector en la rehabilitación del hijo, consolidando el soporte necesario que favorezca este proceso.