Abren cupos para que niños y adolescentes accedan a rehabilitación del consumo de drogas
Gracias a la gestión del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas (SENDA) se logró resolver una deuda histórica: tratar los problemas de consumo de drogas y alcohol de niños y adolescentes de hasta 19 años, sin tope de edad, abriendo 30 plazas de tratamiento, 20 de ellas en Coquimbo y 10 en La Serena.
Esta nueva oferta para la comunidad es entregada a través del Centro “Rumalhue”, a cargo de la Fundación Casa de La Esperanza (Coquimbo), mientras que las plazas de La Serena están a cargo de la Fundación Saint Germain.
“Que no exista una edad mínima para el ingreso es uno de los aspectos más novedosos, puesto que permite que los programas del área de protección de derechos del SENAME puedan hacer derivaciones de niños y adolescentes que ellos mismos atienden, teniendo una red disponible a la cual derivar y dar respuesta a las problemáticas de consumo”, explica la directora regional de SENDA, Andrea Velásquez Teillier.
Velásquez explica que otras fuentes importantes de derivación son los establecimientos educacionales, permitiendo que orientadores o padres puedan utilizar esta nueva red para atender a quines presenten la problemática en la población escolar. “Pueden ingresar niños y adolescentes por demanda espontánea, lo que por lo general ocurre a través de sus padres o adultos responsables, que son quienes detectan el problema”, agrega la directora de SENDA.
Para implementar estas nuevas atenciones, SENDA destinó 170 millones de pesos para ambos centros, los que implementarán un Programa para Adolescentes de Intervención Comunitaria (PAIC), lo que quiere decir que constantemente los profesionales estarán en contacto con la comunidad y con el contexto inmediato del niño o adolescente.
Con este programa se podrá cubrir la necesitad de quienes presenten problemas de consumo y que no pueden ser cubiertos por la Garantía Explícita de Salud (GES) producto de la complejidad de sus casos.
La directora regional explicó que “la dinámica de estos programa es no sólo apoyar a los jóvenes con problemas de adicción, sino también incorporar a sus familias en el proceso de rehabilitación. Nuestros jóvenes, en general, son de cierto estrato social bajo, altamente vulnerables con familias también bastante disfuncionales, con padres en la cárcel o sin trabajo formal”, señala.
Para SENDA impulsar este proyecto es un anhelo largamente esperado, puesto que la oferta del ámbito público entregaba tratamiento para jóvenes consumidores infractores de ley, “lo que hacía que tuviéramos una deuda muy grande con aquella población de niños y jóvenes que consumen droga, pero que gracias a las gestiones del Gobierno del Presidente Piñera hemos podido resolver de muy buena manera”.
Jaime Pizarro, director ejecutivo de Fundación Casa de La Esperanza, indicó que con esta nueva oferta “estamos dando respuesta a un grupo objetivo que hasta ahora no tenía un lugar donde asistir para abordar sus problemáticas de consumo. Hoy, a través de un equipo multidisciplinario, les vamos a entregar todas las prestaciones necesarias”. Pizarro destacó que “es una innovadora oportunidad de tratamiento, ya que tiene una modalidad de trabajo diferente a las de los centros con los que cuenta actualmente la red. Realizaremos un trabajo fuerte en la calle y en los puntos de encuentro de los muchachos. El objetivo es que los jóvenes tengan una oportunidad de rehabilitarse y de trabajar en conjunto con sus familias en la recuperación de la calidad de vida de todo el núcleo familiar”, sostuvo el profesional.