Celebran egresos del programa Tribunal de Tratamiento de Drogas
Sobreseídos y galardonados con un diploma abandonaron el Juzgado de Garantía de Talagante los dos primeros egresados de dicha comuna del programa Tribunal de Tratamiento de Drogas (TTD).
G.P. (42) y F.V. (30) concluyeron con éxito la terapia a la cual aceptaron voluntariamente someterse en los centros terapáuticos supervisados por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), impulsor de la iniciativa en alianza con el Ministerio de Justicia, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Defensoría Penal Pública y el Servicio Nacional de Menores (Sename).
Aunque sus edades y aspectos difieren, las similitudes en sus vidas los hicieron transitar caminos muy parecidos los últimos meses: fumadores de marihuana desde la adolescencia, la mezcla con alcohol en exceso terminó convirtiéndolos en delincuentes.
Los episodios de descontrol, que los empujaron a protagonizar agresiones físicas y verbales, crecieron en frecuencia e ímpetu, al punto que fueron denuncias de su propio entorno las que desencadenaron la intervención de Carabineros.
“Yo ni me acuerdo qué pasó. Estaba borrado. Había fumado, aspirado cocaína y tomado un montón de cerveza. De la nada, empecé a amenazar a todo el mundo, a gritonear a quien se me cruzara”, recordó uno.
El siguiente despertar para G.P. y F.V. fue bajo arresto, en la antesala de la audiencia de control de detención. Formalizados y requeridos por un tribunal, se enfrentaron a decisiones urgentes, que involucraban a sus hijos, parejas y familias.
Dadas su condición de primerizos y la baja penalidad de sus faltas, la titular del Juzgado de Garantía de Talagante, Gabriela Contreras, les propuso una salida alternativa al proceso penal o “suspensión condicional”, por lo que ingresaron al TTD.
“Es súper complicado llegar a la abstinencia, porque la angustia es tremenda cuando dejas de fumar. La droga ataca muy profundo y al cerebro no lo puedes programar para dejar de consumir: lo engañas tú o te engaña él”, testificó el otro.
Justicia más humana
De las 250 mil personas que fueron condenadas en Chile durante 2013, alrededor de 60% cometió el ilícito tras consumir al menos una sustancia estimulante o depresora del sistema nervioso central.
Por lo mismo, el desafío del programa es doble: junto con reducir y eliminar el consumo, busca paralelamente evitar que sus beneficiarios incurran nuevamente en faltas o delito, impulsando –por ejemplo- la continuación de sus estudios para acceder a mejores empleos.
Los equipos de los centros de tratamiento cuentan con técnicos en rehabilitación y terapeutas ocupacionales, así como médicos psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales.
Con exámenes de orina periódicos, el proceso de sanación de G.P. y F.V. fue validado por la jueza Gabriela Contreras, quien condujo la audiencia sin la severidad que suele caracterizar a su gremio.
“En este tipo de tribunales, prima el lenguaje de colaboración por sobre el de la confrontación en todos los intervinientes, contando también al fiscal y el defensor, dado que nuestro rol debe potenciar las habilidades del involucrado para superar su adicción”, explicó.
En palabras de la magistrada, el sobreseimiento de G.P. y F.V. fue un “esfuerzo importante en términos institucionales y personales”, dado que “por sus propias formalidades, el ejercicio jurisdiccional nos impide muchas veces una mayor cercanía con la realidad (…) Trabajamos resolviendo conflictos entre humanos, representando al Estado punitivo, pero ofreciéndoles con estas intervenciones una oportunidad para que encuentren el origen del problema y se reencuentren con ellos mismos y sus cercanos”.