Columna de Lidia Amarales: Freno al consumo de alcohol
Texto íntegro de la directora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) aparecido este miércoles 1 de octubre en la sección Opinión del diario La Tercera.
El consumo de alcohol es una de las principales causas de muerte y morbilidad evitable a nivel global. En Chile, una de cada 10 muertes en personas de 15 años y más, es atribuible a su consumo, lo que implica 9.500 muertes anuales.
Resultados del último Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar realizado por Senda (2013), muestran que el 35,6% de la población infanto-adolescentes de 13 a 18 años de edad declara haber consumido alcohol en el último mes, cifra que aumenta a 45,8% en colegios particulares pagados. De ellos, un 62,8 % presenta consumo de riesgo, reconociendo haber consumido cinco o más tragos en una misma ocasión. Este patrón de uso es particularmente nocivo en población joven, quienes son los más expuestos a accidentes y lesiones que producen un gran impacto sanitario y social.
Existen múltiples estrategias para disminuir el consumo de alcohol en la población, entre ellas las campañas de comunicación masiva, la prevención en población escolar o laboral, y la detección temprana e intervención breve de personas con consumo de riesgo.
Pero son las políticas poblacionales, como una ley de la República, que apunta a regular la disponibilidad y el acceso al alcohol, las que tienen mayor impacto comparadas con las acciones puntuales. Algunas de éstas, basada en la “Estrategia Mundial para Reducir el Consumo Nocivo del Alcohol” de la Organización Mundial de la Salud son disminuir el número y la densidad de locales que expenden alcohol; regular los días, ubicación y el horario de apertura de los puntos de venta; impedir la venta a personas ebrias y menores de edad, exigiendo responsabilidad a vendedores y camareros de bares y restaurantes; aumento de multas a locales que vendan alcohol a menores y eliminación de la publicidad relacionada con actividades deportivas.
El aumento de la carga impositiva, según la graduación alcohólica de las bebidas, es también una medida muy efectiva -con mayor impacto en los jóvenes- por el aumento de precio de éstos. Otras acciones apuntan a disminuir los daños asociados al consumo de alcohol, como es la reducción de las concentraciones máximas permitidas de alcohol en sangre entre quienes conducen, lo que se realiza con el Programa Alcohol Cero.
Actualmente existe una ley que regula la venta y consumo de bebidas alcohólicas. Por moción parlamentaria, esta ley se encuentra en discusión en la Comisión unida de Salud y Agricultura del Senado. Los articulados que se discuten corresponden a las recomendaciones de la OMS.
Como país tenemos una gran responsabilidad en la prevención de las drogas como cannabis, cocaína, pero también de las drogas legales como el alcohol y tabaco. Las familias tienen un rol activo. Los gobiernos locales, las organizaciones sociales, las industrias y el comercio en su responsabilidad social. El Congreso a través de leyes poblacionales que impacten en forma significativa los indicadores. Y, por supuesto, nuestra responsabilidad gubernamental de presentar iniciativas legislativas e implementar políticas orientadas a proteger a la población y especialmente a nuestros niños y jóvenes.