Mariano Montenegro, Director Nacional de Senda: “Debemos tener un modelo de desarrollo que sea incompatible con el consumo”
A inicios del año 2011, se creó el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, Senda, institución pensada para dar continuidad a las labores que cumplía el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, Conace. Su director nacional, Dr. Mariano Montenegro, llegó a Coyhaique para cumplir con una visita oficial en terreno, y en entrevista con el Diario de Aysén, nos comentó sobre la labor de Senda, su visión como autoridad máxima de esta institución y el panorama general de Chile y por supuesto Aysén, en temas de consumo y abuso de alcohol además de otras drogas.
Desde la perspectiva de un profesional siempre ligado al trabajo en drogodependencias, ¿Cómo ha evolucionado el consumo de los chilenos en estos últimos 10 años?
Efectivamente, muchos años he estado trabajando en estos temas. Pudimos contener el consumo más o menos estable desde el 2000 al 2010. En estudios de escolares del 2009-2013, en la anterior administración se nos disparó hacia el alza el consumo de marihuana al doble, se mantuvo más o menos estable el consumo de alcohol, el de tabaco bajó –gracias a las restricciones del tabaco- , creció un poco el de cocaína y se mantuvo estable el de pasta base.
¿Por qué pasó esto?
Ahí hay varias razones. Se debilitó toda la política local de drogas –es decir los Previene-, se despidió a mucha gente, grave error pues eran profesionales especializados, además se retiraron todos los programas de prevención escolar porque la administración anterior quería evaluar dichos programas, entonces los sacó creyendo que no se había realizado esto anteriormente; ante eso los colegios quedaron totalmente desnudos y salimos del radar de la prevención; tampoco hubo un discurso potente y educativo permanente que las drogas son dañinas, que la marihuana también es una droga que produce adicción, y ese discurso se concentró en Alcohol Cero –que fue muy buena gestión de la administración anterior-, y fue en desmedro de la política de drogas; y tendría que haberse centrado en las ambas cosas.
¿Qué políticas está ejecutando Senda para enfocar la prevención en las verdaderas poblaciones vulnerables?
Principalmente, tenemos que doblar la cobertura de pacientes sobre 20 años, tenemos que cubrir la educación, especialmente centros más vulnerables con prevención selectiva indicada, además trabajar fuertemente con las personas que delinquen y que tienen consumo y lo que prometimos es la revisión de la ley 20.000 –ley que tipifica delitos y faltas relativos al tráfico y consumo de drogas-, analizando si es o no necesario modificar algunas cosas. Tenemos que proteger la salud de la población, al que consume drogas-cualquiera de las ilícitas- no tratarlo nunca como un criminal, sino como una persona que tiene un riesgo en la salud; y finalmente tener una ley que sea lo suficientemente sólida para poder combatir el microtráfico y narcotráfico, pues son delitos en contra de la salud pública.
Sabemos que Senda es la institución encargada de estos temas, pero, como sociedad ¿Qué nos falta para contribuir a la disminución de esta problemática?
Yo creo que una de las cosas muy fundamentales, es que debemos estar más informados y romper paradigmas, decidir contemplar el conocimiento científico en contra de los mitos frente a las drogas; pues estos temas siempre funcionan con mucha mitología, como la sexualidad por ejemplo; por lo tanto, tenemos que informar bien y hacer mucha prevención sin duda, escolar, laboral, comunitaria, en el mundo de la justicia, sanitario, etc.; tenemos que tratar y rehabilitar a personas y volver a integrarlos socialmente. Debemos tener un modelo de desarrollo que sea incompatible con el consumo, cuando la gente tiene un buen plan y hay esperanza de que ese plan llegue a buen puerto, las drogas sobran.
¿Cómo manejar la prevención de estos temas en una región tan dispersa como lo es Aysén?
Tenemos un despliegue grande, tenemos un Previene en Coyhaique y otro en Puerto Aysén, tenemos impacto en las 4 provincias. Queremos ir creciendo sin duda, necesitamos llegar a todo Aysén y por supuesto que eso tiene limitaciones presupuestarias; sin embargo tenemos oferta de tratamiento en las 4 provincias y eso es un logro histórico para esta región, en donde el principal problema de consumo es el alcohol.
¿Qué hacer respecto a ese abuso de alcohol?
Es algo presente en Chile y en zonas extremas del sur, para anestesiar el alma, el frío y valoración positiva de la borrachera, hay que empezar a romper cultura, hay un mito dramático, “hay que enseñarles a los chicos a tomar desde chiquillos para que de grandes tengan buena cabeza”, esto es una aberración, la evidencia científica dice todo lo contrario. A los padres, el mensaje es que tarden por sobre los 18 años a que los chicos consuman alcohol y óptimo por sobre los 21 años, retardar la edad de inicio es una protección gigantesca para el “beber problema”.