SENDA Biobío inaugura nuevo centro residencial en Penco y aumenta en 50% cobertura regional
Con una inversión superior a los $ 100 millones, se inauguró el centro de tratamiento residencial San Francisco, que inicia su funcionamiento a través de un convenio SENDA Gendarmería como proyecto para atender a población masculina de libertad vigilada de la Región del Biobío.
Actualmente, el programa cuenta con un total de 14 cupos, 10 de ellos destinados a usuarios de población general con cobertura regional y 4 para población libertad vigilada.
Este programa se inicia con el apoyo de proyecto de habilitación y equipamiento financiado por SENDA Biobío, lo que permitió la mejora y acomodación de la infraestructura ubicada a pasos de la Plaza de Armas de Penco.
El director regional de SENDA, Bayron Martínez, destacó el crecimiento de la cobertura en tratamiento residencial en la región: “Estamos aumentando en un 50% la cobertura residencial para personas con uso problemático de sustancias. Eso va de la mano con los compromisos institucionales y de gobierno en calidad, oportunidad y en posibilidad de acceso que tienen las personas. Estamos conformes, estamos esperanzados de que estos instrumentos también entreguen equidad y oportunidad de rehabilitación para personas”.
En representación del municipio de Penco, Rodrigo Soto, destacó que «lo importante es que existan servicios que complementen todo lo que es el hacer ciudad</>, por lo tanto, este centro está dentro de la misma línea, apunta a que los usuarios puedan rehabilitarse y nosotros como municipio ofrecer todas las instancias, espacios y gestiones para que esto pueda hacerse de la mejor manera”.
El Centro de Tratamiento San Francisco es un programa residencial perteneciente a la Fundación Social Novo Millennio de la Vicaría de Pastoral Social del Arzobispado de la Santísima Concepción. Su fin es responder a la necesidad de brindar acceso a tratamiento a personas que, debido al consumo problemático de sustancias, han incurrido en delitos, para que así tengan la posibilidad de reinserción social evitando la reincidencia.
El vicario de Pastoral Social, José Cartes, fue el encargado de bendecir la casa. El sacerdote expresó la importancia de preocuparse por las personas: “nosotros tenemos que mirar lo importante que es el ser humano, el otro, creo que hemos ido perdiendo el horizonte, nos estamos preocupando de otras cosas y no en lo esencial. Lo esencial no se ve, pero sin embargo lo tenemos y debemos reconocerlo”.
Julio César, usuario del Centro San Francisco, presentó un acto musical y luego relató su experiencia de vida, asegurando que el consumo enajena al ser humano, “El proceso de vida que uno tiene en la droga es tremendamente difícil, porque yo perdí todo lo que tenía; perdí familia, trabajo, bienes económicos, seres queridos, confianza de la gente que uno quiere y uno termina solo, porque obviamente las personas se cansan, porque uno se vuelve un tipo mentiroso, manipulador, hay que reconocer que con la droga no eres tu. Desde esa perspectiva tuve que tocar puertas, porque de lo contrario tenía dos caminos: era la muerte o la indigencia y no había otra salida… la esperanza que tenía era de recuperar mi vida, como una persona natural, como lo que hoy día se me ve… algo, y aquí estoy, luchando”.